El cambio sustancial y verdadero empieza por uno mismo y hacia uno mismo, desde adentro. La mejor forma de ser y hacer mejores lideres, se construye entendiendo el impacto de los pensamientos, el sistema de creencias y emociones que son parte de la salud mental de cada uno, de los colaboradores, entender cómo esto tiene un impacto a nuestros equipos y entorno de trabajo, transforma el desempeño y productividad de cada uno. La salud mental es el primer paso, sin ella y sin una correcta gestión emocional, no hay cambios verdaderos sobre las dinámicas de trabajo, manejo de crisis y cómo sostener una perspectiva asertiva que proponga posibilidades de mejora.